Degustación: el nuevo pecado capital

Degustación: el nuevo pecado capital

17 julio, 2014 0 Por adminmq

Todo ha cambiado. Es increíble como la sociedad ha modificado su forma de pensar y de ver las cosas. El consumidor ha dejado de ser un mero receptor y participa de forma activa en el descubrimiento de experiencias nuevas y auténticas. Ven en los pequeños detalles la oportunidad de despedirse de la rutina y probar algo nuevo. Lo que antes no importaba ahora son ocasiones para romper sus propios esquemas. La hora de comer era ese momento en el que satisfacíamos nuestras necesidades… ahora es una oportunidad de probar sabores nuevos y arriesgar.

La gula ya no existe, ahora probamos nuevos sabores, deseamos ver platos con presentaciones creativas, somos catadores buscando algo nuevo que nunca hayamos saboreado y que nos encante. El público está aburrido y la cocina debe adaptarse y revolucionar sus vidas.

La cocina creativa y la cocina de autor lo saben y han actuado. Cada plato se ve como un lienzo en blanco en el que olores y sabores se mezclan bajo una textura y colores nuevos. La creatividad y la innovación están en todas partes, es lo que marca la diferencia de entre toda la competencia, y el cliente lo sabe y lo busca. El cliente está esperando que lo sorprendan, quiere dejar de lado lo de siempre. Egaña consigue en Sevilla todas esas experiencias, otorga ese factor nuevo y único sin despegarse de los sabores andaluces tan propios y especiales dándole una forma renovada.
De todos los restaurantes gastronómicos en Sevilla, no tiene miedo a arriesgar y comparte las ganas e ilusión que envuelven al nuevo consumidor. Cada día es un reto y hay que afrontarlo. Los pequeños detalles son los que hacen recordar lo que vivimos, los pequeños detalles son los que hacen la vida y los que nos hacen disfrutar. Este nuevo espíritu se está contagiando y es adictivo. Una vez que conoces lo que es probar, soltar la cuerda de lo tradicional y emprender un camino diferente y desconocido te encanta. Y es la esencia que nos encontramos como resultado lo que nos atrapa. Dejamos escapar la seguridad para agarrar bien fuerte todo lo nuevo que nos queda por descubrir.
Puede que ahora hablemos de sabores y olores per nos gusta arriesgar en todo. Un nuevo deporte, ir de viaje a un lugar desconocido, hacer cada día algo que no se nos pasaba por la cabeza pero que puede cambiar nuestra forma de ver la vida.
Este espíritu es el que se respira en la cocina de Egaña, el mismo que ahora define al nuevo público. La gula se queda atrás, ahora hay un nuevo pecado capital: La degustación.
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